En el frondoso Bosque de las Tinieblas, situado en el norte de Polonia, se habían perdido cuatro niños que habían ido de excursión con el cole. Se llamaban Dani, María, Raquel y Pablo.
Ese bosque era el más grande de Europa. Los niños fueron allí para ver a Kiro, un ser vivo que estaba en peligro de extinción y que sólo se encontraba en ese lugar.
Dani oyó un ruido muy extraño y todos vieron moverse la vegetación a sus espaldas. Fueron a ver si era Kiro, pero no encontraron nada. Al regresar, María descubrió que sus otros compañeros de cole ya no estaban allí.
Empezó anochecer y de pronto comenzó a llover. Estaban muy preocupados, cuando por fin, Pablo encontró una cueva.
Estalló una terrible tormenta mientras dormían. La entrada a la cueva se derrumbó y una corriente de agua les arrastró hasta las profundidades.
Al recuperar el sentido Raquel observó unos dibujos grabados en la pared. Eran de un animal que se parecía mucho al que ellos habían ido a ver al bosque: era pequeño, tenía dos alas y el cuerpo como un oso. Todos miraban sorprendidos al Kiro de la pared cuando de repente.......