creyó que era el padre de Natalie, y se da cuenta de que la estaban grabando junto a toda la gente. Ellos decían que el ladrón no podía estar muy lejos, pues el robo se cometió hace poco tiempo.

Sandrine, junto al escritorio descubre una huella que deduce que es de aquel ladrón. El padre de Natalie dice que en ese lugar quiere mucho la reina. Luego dijo:

-lo siento, tengo que irme.

Sandrine y natalie le siguieron y se para en una casa que no es la de Natalie; el no era su padre. En esa casa estaba el cuadro. Sadrine llama a la policía y antes de que el hombre pudiera hacer algo por haberle descubierto, la policía ya había llegado. Sadrine y Natalie, desde ese momento supieron que eran detectives.